Antes corredor, ahora resiliente

Resiliencia es esa capacidad que tienen las personas para superar circunstancias traumáticas y hacer frente a las adversidades hasta lograr salir fortalecido de fuertes pruebas. Sin duda una cualidad que tanto los corredores más experimentados así como el atleta aficionado ha logrado desarrollar durante sus entrenamientos. Pero sin duda, el entrenamiento más fuerte es al que se han tenido que someter luego del paso del huracán María.

Demás está decir que Puerto Rico aún se enfrenta a una realidad muy diferente y compleja. Todos los sectores del país y los aspectos de la vida de los puertorriqueños o los que viven en esta tierra han sido fuertemente trastocados como resultado del impactante fenómeno natural. Eso aplica de igual manera a aquellos que tienen como hábito salir a recorrer kilómetros día tras día en beneficio de su salud. En estos tiempos correr en la Isla, más allá de ser un disciplina que requiere fortaleza física se ha convertido en uno donde la mente es esencial y clave para poder practicar este deporte.


Todavía, a un año de la devastación del huracán, la huella sigue muy latente y a penas el país comienza a recuperarse. Para los corredores esto implica que aún no cuentan con los espacios adecuados para entrenar y la seguridad acostumbrada a la hora de salir a trotar. Aceras dañadas u obstruidas, poca o ninguna iluminación, pistas y parques cerrados son la orden del día en cada rincón de la Isla.

Se pudiera considerar como deporte extremo salir a correr bajo las condiciones en las que se encuentran las carreteras. Si se practica el deporte a tempranas de la mañana, donde apenas hay visibilidad y aun no se restablece la iluminación de las principales carreteras, puede provocar lesiones al no poder ver bien donde se pisa o peor aún un accidente peatonal por la poca visibilidad.

Unos de los aspectos principales que motiva a los corredores son las hermosas vistas del trayecto. Lamentablemente, estos han sido sustituidos por las imágenes de la tierra aún lastimada, edificaciones destruidas, espacios sucios y abandonados. Además, una gran cantidad de eventos deportivos, que son oportunos para medir el nivel de los atletas se tuvieron que cancelar y apenas se están calendarizando nuevamente.


Así que no quedó de otra. Los corredores se volvieron resilientes y desarrollan unas capacidades inimaginables para con disciplina y determinación lograr sobrepasar cualquier adversidad con la que se encuentran. Sus mentes y cuerpos han sido probados para confirmar que tienen la capacidad de enfrentar las situaciones más fuertes y difíciles.

Pero no todo está perdido, esa misma resiliencia combinado con la fortaleza física y mental que conlleva practicar el running le ayudo a hacer frente a las complicaciones que surgieron tras el paso del huracán. Para un corredor tener que moverse por largas distancias para poder adquirir los artículos de primera necesidad para su hogar no fue un problema. Sus cuerpos estaban más que preparados para asumir esta misión sin tener que sufrir de agotamiento físico. Si alguien tiene la capacidad mental para esperar en una fila por largas horas lo es un corredor. Así como un corredor se repite en la carrera, “ya falta poco”, para auto alentarse de completarla así mismo lo se repetía cada vez que fuera necesario ya fuera en la fila del supermercado o del puesto de gasolina.

Como corredora le agradezco al deporte prepararme para la más dura carrera de mi vida. Confío en que Puerto Rico se levanta pero mientras eso pasa, los corredores nos hacemos más fuertes.

Artículo por: Ana I. Castro

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